Piedras y Cristales que Curan
¿Pueden unas piedras brillantes y de colores, ayudarnos a mejorar nuestro
equilibrio interno y salud?.
Para los seguidores de esta medicina,
las gemas, piedras preciosas y cristales, emiten vibraciones curativas que
alivian trastornos físicos, emocionales y mentales.
¿Será posible que una simple
piedra nos ayude a mejorar nuestro equilibrio físico y mental? Para quienes
creen en la gemoterapia, la practican y obtienen sus beneficios, la respuesta
es decididamente afirmativa.
Las piedras
que curan emiten vibraciones que son bien distintas en cada piedra y estas
vibraciones pueden actuar a modo de terapia alternativa para aliviar trastornos
físicos, emocionales y mentales.
Esta medicina
alternativa se basa en la creencia de que el ser humano, además del cuerpo
físico, posee otros cuerpos energéticos sutiles que le dan vitalidad y
actividad al organismo, es el origen de nuestros deseos, sentimientos y
emociones.
Las piedras
curativas poseen un campo energético y vibratorio que ayudan a recuperar el
equilibrio en el cuerpo no físico de las personas, que en conjunto forman el
llamado “aura”, una energía electromagnética que sobresale del cuerpo físico y
es donde se generan las enfermedades.
Existen
distintas formas de aplicar las piedras, que efectuará el experto según cada
caso. Los efectos se consiguen colocando las piedras sobre los distintos
chakras o centros energéticos del cuerpo.
Algunas
piedras utilizadas en gemoterapia:
Cornalina: Esta piedra favorece
la asimilación de alimentos y la curación de heridas.
Ópalo: Se utiliza para
disolver las piedras en los riñones, cálculos biliares y para los depósitos de
acido úrico en las articulaciones.
Ámbar: Depura el organismo
y mejora la digestión, se coloca sobre el ombligo.
Topacio dorado: Refuerza el corazón,
equilibra el sistema nervioso y ayuda a combatir la sensación de frío.
Malaquita: Equilibra el
organismo en general, especialmente el ciclo menstrual.
El cuarzo
transparente es una de las piedras más utilizadas, y su efecto
revitalizante general actúa sobre todo el organismo. Este mineral absorbe las
energías negativas liberándolas hacia el exterior. Para eso se debe colocar un
cuarzo sobre cada uno de los distintos chakras.
¿Le falta
energía? ¡Lleve un rubí! ¿Problemas con la menstruación? ¡Pruebe la malaquita!
Son algunos de los remedios de la cristaloterapia, una técnica consistente en
sumergir las distintas formas minerales en agua, llevarlas consigo, o
aplicarlas sobre los "chakras" o centros vitales del cuerpo.
Para los
expertos en esta medicina natural, basada principalmente en la medicina hindú
tradicional o Ayurveda, la cristaloterapia restablece los fluidos energéticos y
así nuestra salud, por lo que las gemas y cristales pueden utilizarse con fines
terapéuticos.
Esta medicina
vibratoria considera que el ser humano es parte de una energía cósmica global
que los chinos denominan "chi", y los hindúes "kundalini".
Cuando esta fuerza se altera, desequilibra o bloquea surgen las enfermedades,
que pueden corregirse exponiendo a la persona a minerales que emitan energías o
vibraciones que reequilibren o armonicen la energía humana.
Según los
gemoterapeutas, además del cuerpo físico, el ser humano posee otros cuerpos
energéticos o sutiles, como el etérico, que da vitalidad y actividad al
organismo, el astral, que genera nuestros deseos, sentimientos y emociones, y
el mental, donde se originan las ideas y el psiquismo, los cuales disponen de
siete vórtices o puntos centrales, llamados "chakras".
Las piedras
curativas poseen un campo energético y unas vibraciones que ayudan a
reequilibrar los desarreglos de los cuerpos sutiles humanos, que en su conjunto
forman el "aura": una energía electromagnética de distintos colores
que sobresale del cuerpo físico, donde primero se generan las enfermedades.
La gemoterapia
se basa en la idea de que todas las cosas y seres del Universo se componen de
los mismos materiales y energías. Cuando el cuerpo humano desequilibra sus
energías por alguna razón, como pensamientos negativos, celo, envidias, odio,
rencor, temor o traumas, las piedras le aportan la energía necesaria para
corregir dicho desequilibrio o bloqueo.
Siguiendo el
mapa anatómico de los chakras, el experto efectúa un diagnóstico de la dolencia
de la persona, mediante recursos de diagnosis ayúrveda, como el examen del
paciente, un cuestionario sobre su estilo de vida y situación física,
psicológica y emocional, así como la toma del pulso en la muñeca, el examen de
las heces, orina, sudor y excreciones, y de la lengua.
También aplica
la radiestesia, consistente en pasar un péndulo sobre las distintas zonas del
cuerpo y analizar sus movimientos y evoluciones, que indican los posibles
desequilibrios o bloqueos energéticos del organismo del paciente y su
localización.
Según el
pensamiento hindú, la energía universal se concentra en los siete
"chakras" o centros energéticos, que pueden activarse mediante la
aplicación de gemas y colores.
A cada
"chakra" le corresponde una de las siete glándulas endocrinas
-pineal, hipófisis, tiroides, timo, suprarrenales y ovarios o testículos, según
el sexo- y uno de los siete colores del arcoiris: violeta, índigo, azul, verde,
amarillo, naranja y rojo.
El
cristaloterapeuta elige los cristales o minerales cuya energía se corresponde
con el color del o los "chakras" desequilibrados para restablecer la
armonía, y explica al paciente como utilizarlos.
Las gemas
rojas se colocan sobre el chakra lumbar (Muldhara). Entre ellas figuran el
granate, que estimula la función sexual, ayuda a las personas deprimidas y con trastornos
reumáticos; el rubí estimula la fuerza vital y la circulación sanguínea; el
coral es útil para aliviar los cólicos del bajo vientre, los estados de anemia
y los dolores menstruales.
Entre las
piedras de color anaranjado que se colocan en el chakra del hipogastrio (Hara)
destacan la cornalina, que favorece la asimilación de los alimentos y la
curación de las heridas, y el ópalo de fuego, que se usa para disolver las
concreciones minerales, como las piedras de riñón, los cálculos biliares y los
depósitos de ácido úrico en las articulaciones.
Las gemas
amarillas se colocan sobre el ombligo (plexo solar) y entre ellas figuran el
ámbar, que depura el organismo y mejora el funcionamiento digestivo, así como
el topacio dorado, que refuerza el corazón, ayuda a combatir la sensación de
frío y a equilibrar el sistema nervioso.
Colocadas en
la "boca del estómago" (Anahata), la más utilizada de las gemas de
color verde es la malaquita, que equilibra el organismo en su conjunto y
especialmente del ciclo menstrual.
Existen
diversas formas de aplicar los cristales curativos, que puede utilizar el
experto en la consulta, o el propio paciente en su ambiente, una vez entrenado.
La
revitalización general consiste en colocar un cristal de roca o cuarzo
transparente sobre cada uno de los "chakras", para revitalizar todo
el organismo, ya que este mineral absorbe las energías negativas y las disipa
hacia el exterior.
Para una curación
específica, se colocan sobre el cuerpo, encima de cada "chakra", las
gemas o minerales del color que les corresponden: violetas (amatista,
fluorita), índigo (azurita, zafiro oscuro), azules (lapislázuli, zafiro,
topacio), verdes (esmeralda, jade, malaquita, turmalina), amarillas (ámbar,
topacio), anaranjadas (ópalo de fuego, jaspe anaranjado, cornalina), rojas
(rubí, granate, coral).
Tomado de
UniversoEspiritual