El Angel y la Mujer.
En una aldea había una mujer hermosa. El problema era que
ella no podía ver su propia belleza. Por las mañanas al levantarse se miraba al
espejo y este le devolvía una mujer ogro, sin gracia, sin curvas y tosca.
Juana llegó a tal extremo que rompió todos los espejos de su
casa. Así le sobrevinieron 7 años de mala suerte, esto pasó debido a que ella
era muy supersticiosa y el don que poseía la aldea era que todo lo que se creía
se convertía en realidad. El marido, agotado de muchas actitudes egoístas de su
esposa decidió abandonarla, aunque él la amaba profundamente. Juana confirmaba
cada vez más su teoría de que era realmente muy fea, y luego de la partida de
su marido comenzó a encerrarse.
Transcurridos los 7 años un ángel recién nacido pero muy
puro comenzó a visitar a la mujer todas las mañanas. Le susurraba palabras
hermosas a su corazón. Ella agotada de extrañar a su marido se permitió
escuchar la melodía del ángel. Ese amor le era muy familiar. Y un día por fin,
se dio cuenta que había estado muy ciega y comprendió gracias a este ángel que
la verdadera hermosura nacía dentro de cada uno. Una tarde encontró un espejo y
el reflejo que este le devolvió fue una mujer que casi no reconoció, era ella
misma y lucía hermosa.
Contenta por esto Juana decidió recuperar el amor de su
marido. Sabía que él se había hecho fiel devoto de Dios. Pero cuando tocó a la
puerta de la iglesia donde este vivía, para su sorpresa le informaron que él se
había marchado con el Señor,
y que le dejó una carta:
- Juana, amor mío creo que la vida ha sido muy buena conmigo, me ha dado una mujer hermosa y la oportunidad de que ella por fin descubra su belleza. Le pedí al señor mi Dios que me convierta en tu ángel de la guarda para poder ayudarte a comprender las verdaderas cosas importantes, y como siempre en nuestra aldea se cumplen los deseos. Aquí no me encontrarás más, pero tú si sabrás cómo invocarme.
No es necesario que recuperes mi amor, nunca dejé de amarte, y ahora lo hago de una manera más pura.
y que le dejó una carta:
- Juana, amor mío creo que la vida ha sido muy buena conmigo, me ha dado una mujer hermosa y la oportunidad de que ella por fin descubra su belleza. Le pedí al señor mi Dios que me convierta en tu ángel de la guarda para poder ayudarte a comprender las verdaderas cosas importantes, y como siempre en nuestra aldea se cumplen los deseos. Aquí no me encontrarás más, pero tú si sabrás cómo invocarme.
No es necesario que recuperes mi amor, nunca dejé de amarte, y ahora lo hago de una manera más pura.
Firma: Tu ángel de la guarda.
Cuenta la leyenda que Juana perdió a su marido terrenal, por
no saber valorar la hermosura del amor, pero él habitaba ahora en su corazón.
Tiempo después al morir, ella también se unió a la legión de ángeles de la guarda
para ayudar a otros seres de la aldea a aprender lecciones acerca del Amor.
Fin.
Serie Ángeles.
Publicado por: Jazmin Ugarte.
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